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La construcción de nuevos campos de golf en vía de extinción en Andalucía

15/06/2012

La crisis del ladrillo acaba con la panacea del golf en Andalucía. Ilustración: Ignacio García.

La Junta compromete la construcción de campos de golf en Andalucía.

La vigente regulación de golf en Andalucía, sin precedente en Europa, afecta a todos los nuevos desarrollos de golf, acompañados o no de viviendas, que no hayan concluido antes de febrero de 2008. Así como a los campos de golf abiertos al público, que deberán adaptarse a los nuevos requisitos en un determinado plazo de tiempo. El controvertido decreto andaluz, en su propósito de promover solamente la implantación de campos de golf de excelencia turística, genera un daño colateral que compromete el futuro del golf en Andalucía. Aunque se permite la construcción de complejos turístico-residenciales en torno a campos de golf, se limita a un único supuesto: cuando la administración autonómica declara el campo de golf de interés turístico. Esta novedosa condición, sujeta al cumplimiento de requisitos técnicos de diseño y de ordenación, y de otras consideraciones turísticas, medioambientales y económicas, entraña una enorme complejidad. Los gastos económicos que conlleva, la dificultad que requiere su tramitación por el ingente número de agentes implicados en la aprobación, y, sobre todo, el desconocimiento de los criterios que regulan el número de viviendas que, en su caso, la declaración concederá al promotor, impiden que éste pueda evaluar desde el inicio el éxito de la inversión. Mucho menos el beneficio. En palabras de Ignacio García, "Con el decreto se destierra el desarrollo urbanístico que hemos conocido alrededor de los campos de golf y se pone en vía de extinción la construcción de nuevas instalaciones en Andalucía".

La crisis del ladrillo y una ley estricta acaban con la panacea del golf en Andalucía.

Los proyectos que combinan golf, hotel y urbanización de lujo, impulsados por promotores y abanderados por alcaldes durante toda la década, han dejado de ser el remedio general para los males de las economías municipales de toda Andalucía. En apenas cuatro años, las iniciativas que antes eran prioritarias han dejado de agolparse sobre la mesa de los despachos de los ayuntamientos para quedar relegadas, en el mejor de los casos, al cajón. Es el fin de un modelo de desarrollo.

Dos factores simultáneos han puesto punto y final a la panacea del golf: la crisis económica y el decreto regulador del sector en Andalucía. El valor del ladrillo que antes hacía rentables las inversiones en golf se ha desplomado en cuatro años, y los bancos que antaño concedían dinero a espuertas no quieren ahora ni oír hablar de proyectos urbanísticos. No hay rentabilidad, no hay financiación.

A la criba económica, se ha sumado la ejercida por el decreto de golf aprobado por la Junta de Andalucía en febrero de 2008, después de ocho años de cábalas y retrasos. El documento establece requisitos técnicos y medioambientales estrictos para los proyectos con un doble objetivo: que los campos no se conviertan en una excusa para calificar suelo y vender casas -o que se levanten "macro-urbanizaciones acompañadas de un jardín con agujeritos", dijo el entonces consejero de Presidencia, Zarrías-, y que la región configure una red de instalaciones de "interés turístico" capaz de atraer viajeros por su alta calidad. En el decreto, el Gobierno andaluz se reservó la última palabra sobre cada proyecto a través de una "comisión técnica de calificación" formada por representantes de diversas consejerías. Sin embargo, cuatro años después de la aprobación del texto, no hay ningún campo de golf construido con la aprobación de esta comisión, dato que da una idea de la paralización que sufre el sector.

El presidente de la Federación Andaluza de Golf, Ángel de la Riva, sostiene que la normativa incluye parámetros que están disuadiendo a muchos promotores. "No se puede reproducir la situación en la que todo el que tenía un poco de mano en un ayuntamiento conseguía hacer un campo de golf con miles de viviendas, pero tampoco se puede exigir al promotor de golf que construya un hotel por exigencia del decreto", argumentó en declaraciones a Efe De la Riva, que recordó que sólo el mantenimiento de un campo de golf requiere una media de 2,5 millones al año. En la misma información de Efe, el presidente de la Federación expresa su confianza en que la norma "se perfeccione" y se llegue a un "término medio" entre la barra libre de antes y la rigidez actual. Mientras tanto, con los condicionantes de la crisis y el decreto, el repaso de la situación del sector en Andalucía ofrece un panorama esclarecedor: los promotores de campos de golf no están dispuestos ahora a sembrar en el erial en el que se ha convertido el sector.

The endangered new golf courses in Andalusia.

The Junta compromises the construction of golf courses in Andalusia.

The present regulation of golf in Andalusia, without precedent in Europe, concerns all the new golf courses, accompanied or not of housings, which have not concluded before February, 2008. As well as to the built golf courses that will have to adapt to the new requirements. The controversial decree, in the intention of promoting only the implantation of golf courses for the best tourism, generates a collateral damage that compromises the future of the golf in Andalusia. The decree allows the construction of residential complexes around a golf course only when the autonomous administration declares the golf course of tourist interest. The new condition contains an enormous complexity with a lot of technical requirements of design, tourist arrangements, and environmental and economic considerations. To get the approval it is necessary to involve many professionals that carry great economic expenses. But the worst is that the new norm does not regulate the criteria of the number of housings that the declaration could grant to the promoter. In Ignacio García's words, "The decree has killed the known development around the golf courses and endangered construction of new facilities in Andalusia".

The crisis of the brick and the golf decree finish with the panacea of the golf in Andalusia.

The projects that combine golf, hotel and urbanization of luxury, stimulated by promoters and mayors during the past decade, were the remedy of the problems of the municipal economies in Andalusia. But in only four years, the initiatives have stopped crowding on the table of the offices of the town halls to remain relegated, at best, to the locker. It is the end of a model of development.

Two simultaneous factors have put the end to the panacea of the golf: the economic crisis and the regulatory decree of the sector in Andalusia. The value of the brick that before was making the investments profitable in golf has collapsed in four years, and the banks that long ago were granting money to baskets, now they do not want to talk about urban development projects. There is no profitability, there is no financing.

The decree of golf approved in Andalusia on February, 2008, after eight years of cabalas and delays, establishes technical and environmental strict requirements for the projects with an objective double: that the golf course does not turn into an excuse to qualify plots of land and to sell houses - or "macro-resorts accompanied of a garden on little holes", said the Presidency´s counselor at the time, Mr. Zarrías-. And that the Andalusian Government reserves the last word on every project across a "technical commission of qualification" formed by representatives of diverse Councils. Nevertheless, four years after the approval of the decree, there is no golf course constructed with the approval of this commission, information that gives an idea of the break that suffers the sector.

The president of the Andalusian Federation of Golf, Ángel de la Riva, holds that the regulation includes parameters that are dissuading many promoters. "It is not possible to reproduce the situation in which everyone that had a bit of hand in a town hall was managing to do a golf course with thousands of housings, but it is not possible to demand the promoter of golf the construction of a hotel in all cases", De la Riva said to the press. "Only the maintenance of a golf course needs an average of 2 and a half millions of Euros per year". In the same information, the president of the Federation wishes that the norm "should be perfected" soon. Meanwhile, with the crisis and the decree, the revision of the situation of the sector offers the next panorama: the promoters are not ready yet to propose the construction of new golf courses in Andalusia.

Fuente: Elaboración propia y Diario de Cádiz. Sitio web, www.diariodecadiz.es

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